Experimentos con fondant

Os pongo en antecedentes, el fondant es una pasta blanda, elástica y suave compuesta  de azúcar,  agua y algún que otro ingrediente como glucosa o glicerina.

Se utiliza mucho en repostería ya que es ideal para cubrir tartas. Esas tartas tan espectaculares que veis por ahí que parecen de plastilina, pues esas, están cubiertas de fondant.

Se puede hacer en casa o comprarlo ya hecho. Yo opté por esta segunda opción, compré fondant blanco y luego según voy necesitando colores lo voy tiñendo con mis colorantes alimentarios en gel de Americolor, con excepción del rojo y el negro, ya que recuerdo haber leído en diferentes blogs, que estos colores no se consiguen bien, así que también los compré.

Lo primero que hago es añadirle unas gotitas de alguna esencia para que esté más rico, a mi me encanta la esencia de cereza, que recuerda a las piruletas, después le añado el colorante, muy poco a poco con un palillo y lo trabajamos con los dedos hasta obtener el color deseado y que éste sea homogéneo.

Si vemos que tenemos dificultades y se pega nos podemos espolvorear un poco las manos o la zona de trabajo con maicena.

El fondant dura muchíiiissssssiiiiiimmmmoooo, ya que la concentración de azúcar, que es de por sí un conservante natural, es muy alta.

Para conservarlo en buen estado tan sólo hay que tener la precaución de envolverlo bien en papel de film, por ejemplo, para aislarlo bien del aire y la humedad.

Eh voilà, os presento mis primeras galletas con fondant...

 Hay detalles, como el trazado verde de esta galleta que está hecho con glaseado...