Creo que me encanta este personajillo desde que tengo uso de razón...
De hecho creo que ha marcado mi vida totalmente...
Y pensaréis, a esta chica se le va la pinza, ¡es solo un perro!, si, pero un perro entrañable que siempre ha estado presente en mi infancia, en mi adolescencia, y...bueno, y ahora también.
Chandall de Snoopy, pañuelos de Snoopy, calentadores de Snoopy (esto último merece un post aparte), mochilas y estuches de Snoopy, creo que todavía Kitty no pegaba tan fuerte, por eso, a mis amigas y a mi, por la época de las pandis, nos llamaban "las Snoopys"...y así nos seguimos llamando a nuestros ...aitantos años...
Por eso, cuando encontré el cortador de galleta me lo agencié enseguidita, y sobre todo, cuando vi la casita de Snoopy de De Koekenbakkers en Facebook supe que la tenía que hacer si o si.
Y la ocasión venía que ni pintada, el cumpleaños de nuestra Snoopy más veterana (por favor no me mates...) y de la hija de otra de ellas y que abandera la segunda generación Snoopil.
Aquí os dejo con este Beagle (eso dicen), soñador, encantador, curioso y fisgón...
Un abrazo desde aquí a mis chicas, cada día que pasa os quiero más y más... y otro enorme para vosotros, por estar siempre ahí...
Feliz fin de semana.
Feliz fin de semana.